Niebla
Que de vez en cuando en Pimiango nos tape la niebla, no es algo infrecuente. Subimos por la carretera y a la altura del chalet ya no vemos el pueblo; o bajamos con una noche estupenda y a la altura de La Encina el cementerio municipal ha desaparecido. Bien, es nuestro clima. Pero que Colombres y Unquera desparezcan bajo un tupido manto gris como si los sobrevoláramos desde un avión en un día nublado, ya no lo es tanto. O que nos asomemos al Mirador del Picu y veamos que una ola emerge desde el horizonte vaticinado un maremoto, tampoco. Es por ello que adjuntamos estas fotos que nos envió Angelines del pasado 17 de febrero; están sacadas con un teléfono móvil, "sobre la marcha", pero podemos apreciar cómo la niebla puede llegar a confundirnos.